lunes, 23 de marzo de 2015

LA HISTORIA DETRÁS DE LAS ARPILLERAS.


En una de las clases desarrolladas  el año pasado, por los alumnos de Bellas Artes  en la Institución donde trabajo, realizadas en las  horas de  Arte,  con motivo de sus prácticas profesionales,  llevaron a cabo  la clase sobre  “Las Arpilleras” habían realizado una buena investigación que mostraron a través del  PPT. Todos los escolares estaban  muy atentos incluyendo  nosotras que observamos la sesión.
Aunque un tiempo atrás me había dedicado a realizar los trabajos de arpilleras, no sabía el origen, ni de qué se trataba todo. Me sorprendió mucho  además de conmoverme,  el enterarme  la historia que había detrás de las personas que elaboraban las arpilleras. Esto me causó mucho interés, es así como decidí  investigar y escribir una entrada dedicada a los acontecimientos ocurridos detrás de las Arpilleras y del clamor de justicia de las mujeres que sufrieron en carne propia las consecuencias de una dictadura; que buscaban expresarse  no con palabras sino a través de sus artesanías.
“Las Arpilleras”  son telas de yutes o tela rústica de costalillos, artesanías textiles que se realizaron en la década de los 70 en  Chile;  que las mujeres de las comunidades bordaban; a decir cosían su historia de terror, sufrimiento y dolor”   las cuales fueron vividas durante la dictadura del General Augusto Pinochet.

El procedimiento del bordado sobre las telas  con  diseños  tridimensionales y  la combinación de hilos  con lanas; algunas de ellas hechas con retazos  de los trajes de las víctimas, A través de esta técnica se puede observar el horror  vivido. Los primeros trabajos realizados llevaban unos bolsillos, dentro una carta escrita por las artesanas, expresaban lo que sentían ante el inquietante panorama.

Los trabajos bordados  narraban historias  que “estaban prohibidas de contar o hablar,  expresaban lo que les eran difícil comunicar con palabras, representaban hechos represivos de violencia y trauma particularmente vivida por grupos indígenas de las  comunidades durante la guerra civil; conflictos armados, de inseguridad  donde cada chofer de taxi era un posible espía,  toques de queda, calles vacías, aire cargado de miedo incertidumbre y silencio, donde los ciudadanos hablaban a murmullos y la escritura era censurada”.
“ Las arpilleras representan un diálogo constante con el ausente”
  Inclusive  a muchas de ellas  “las amenazaban, eran llamadas subversivas, las interrogaban, las fichaban, sufrieron quemaduras también fueron electrocutadas y  mutiladas”.

Los primeros talleres funcionaron dentro de las iglesias y con la ayuda del obispo Raúl Silva, debido a que el ejército no podía entrar en ellas. Las madres de los detenidos y desaparecidos  elaboraron  sus arpilleras como medio de sustento  y protesta, ellas  recreaban imágenes y bordaban  en los aniversarios de los secuestros.

La represión vivida a través de sus arpilleras se tornan memoria viva;  estas mujeres de las comunidades expresaban en escenas  de torturas, prisiones clandestinas, y hambre en las poblaciones. (Nunca se supo  de las más de 10,000 personas que desaparecieron durante la dictadura, las fosas comunes encontradas, demuestran que los desaparecidos sufrieron muertes violentas.)
Para las arpilleristas  las circunstancias políticas del país y de sus vidas cotidianas se volvieron inseparables.
A través de su Arte ellas representaron “su mundo”: hogares vacíos e hijos buscando a sus padres. El trabajo las había fortalecido y les  daba la energía necesaria para ser capaces de hacer demandas de reparación y justicia”.
El ARTE siempre fue un medio de expresión; el comunicar cosas, que no se pueden decir con palabras,  sin lugar a dudas en este caso cobra mayor significado e interés  ante   la  enorme trascendencia de los acontecimientos ocurridos.  Nos deja una lección que debemos recordar siempre, para  que la historia no se repita.
Es  así que aprendí sobre  la historia detrás de las Arpilleras, Una vez más se pone en práctica las palabras de un amigo,  Javi  cuando dice: “Compartir es aprender”  y por cierto todos aprendemos de todos.



Los detenidos.
Reclamando la  libertad  de los presos políticos.
Ante la incertidumbre.
Clamor de justicia.
Campo de prisioneros.


Protesta de habitantes de villas miserias, mujeres saliendo a la calle.
Mujeres en el taller de arpilleras.
Justicia.
Mujeres encadenadas frente al congreso





DATO: Fernando Ubiergo, el reconocido cantautor Chileno fue uno de los  perseguidos y "obligado" a salir de su país, porque corría peligro allí, situación que se acrecentó al rechazar la invitación  a cenar en el  palacio de la moneda que le hiciera el presidente Augusto Pinochet,  al ganar el "Festival Internacional de Viña del mar".




Tema que el Trovador escribió  al presidente Chileno "Carta abierta a Pinochet".Así expresar el sentimiento de todo un pueblo ante tanta injusticia.

Aquí el enlace: https://www.google.com.pe/search?q=las+arpilleras&biw=1920&bih






2 comentarios:

  1. Tengo el placer de agradecerte estimada amiga, por esta historia que no solo desconocía,sino que me generado una mezcla de sensaciones;desde el mas absoluto repudio a las aberraciones cometidas durante tan lamentables sucesos que vivieron países de nuestra querida latinoamerica,entre ellos mi país Uruguay entre 1972 y 1984, y mi admiración y mas respetuoso reconocimiento a tantos seres humanos que padecieron estos verdaderos holocaustos, que desde una América Latina unida, y todas las naciones del mundo desde sus pueblos y gobernantes comprometidas con la vida y la paz harán imposible la reiteración de etapas que humillaron la existencia humana quebrantando los principios elementales de la libertad, la tolerancia,el respeto a la vida y la soberanía de tantos pueblos hermanos.Nunca mas!! Mis felicitaciones por la excelente narración.Un abrazo muy cordial Nancy.
    Daniel Deniesse

    ResponderBorrar
  2. Es una historia conmovedora sin lugar a dudas, que como dices, sucedió también en tu país. Que la historia no se repita, no se debe permitir este tipo de violencia y considero que los profesores desde nuestras aulas podemos hacer mucho. para que "no se vendan conciencias" Saludos Daniel.

    ResponderBorrar